Los ideales de la estética moderna

I

Grave y solemne iba cargando Pitágoras, sobre su cuerpo heleno y armonioso, la complicada y misteriosa máquina de su cerebro por uno de los apartados barrios de Atenas[G167] , en un amanecer radiante, bajo la dulce paz de las adelfas silvestres. El filósofo había pasado la noche en el campo, echado en cruz sobre la húmeda, fresca y perfumada hierba, con la cara al cielo, en una interrogación perpetua y tácita. Bajo el cielo imponderable y olímpico, recorriendo con las pupilas ávidas todas las constelaciones infinitas, había querido descubrir la razón categórica que regía aquel solemne concierto estelar. Llena su alma de todas las bellezas tangibles, Pitágoras sentía la angustiosa necesidad, la premiosa urgencia de descubrir la ley de las estrellas[G168] ; acostumbrado a leer en las pupilas castas de sus discípulos, quería aquel sublime artista entablar con las estrellas, con las radiantes pupilas de la eternidad, el mudo y sutil diálogo; quería arrancar al infinito mutismo del cielo, un secreto, una voz, una sonoridad; y el pensador, en tan audaz propósito, pasaba la noche tendido, con la mirada fija en el azul, esperando el alumbramiento de la gran Verdad Definitiva, extraño su cuerpo al frío y a la lluvia, al soplo helado y al guijarro hostil[G169] . La anhelada verdad no quiso revelarse tampoco aquella noche. Angustiado, el artista se retiró de su lugar favorito. El espectáculo era el mismo de siempre, magnífico pero mudo: a las primeras sombras del oriente surgían las primeras estrellas; abría el inmenso cofre celeste su redonda y cóncava tapa y aparecían en el cielo las constelaciones tan radiantes y hermosas como las pupilas de la misma Minerva[G170] . Pero todo iba desvaneciéndose luego, como un sueño infantil, en la dorada aurora.

Aquel día, pensativo y mudo, Pitágoras vagó desde el amanecer y en pos de una cobija se encaminó a la fragua de un forjador amigo, oculta entre un bosquecillo de olivos, al linde de un remanso tranquilo. Allí tuvo un espectáculo sorprendente. Entretúvose a contemplar cómo el fuerte mancebo forjador, desnudo casi, alzaba y dejaba caer, armo-niosamente, en espacios iguales, la pesada comba sobre el yunque macizo, para moldear su hierro. A cada movimiento del forjador, caía la comba sobre el hierro encendido, produciendo un golpe sonoro que iba extinguiéndose hasta hacerse imperceptible para el oído humano, pero que seguía proyectándose en la serena superficie del remanso. Sorprendido y alborozado, con la ilusión de descubrir una nueva verdad, Pitágoras analizó el fenómeno. Observó primero que el obrero hacía un movimiento armonioso y uniforme, lleno de gracia espontánea al elevar y dejar caer la comba; vio que los músculos se hinchaban y obedecían uniformes al impulso de la voluntad; vio que la voluntad se transformaba en una fuerza y ésta, en un sonido musical y que este sonido obedecía a un ritmo que iba extinguiéndose matemático y armonioso y que si el oído lo dejaba de percibir, el ritmo se proyectaba en la clara superficie del agua vecina[G171] . Pensó entonces en una serie de fenómenos análogos que había observado y que dormían en el fondo claro de su cerebro radiante: recordó la vez en que arrojara un guijarro en un lago y las ondas se fueron debilitando desde su nacer violento en el lugar de la caída hasta su morir apacible en el húmedo labio de la orilla; recordó el mismo caso cuando al caer el sol, los últimos rayos fueron disipándose como un arteria que se vaciara en un baño; recordó la vez en que vio nacer y morir una adelfa de su pequeño huerto y a los mozos hercúleos de Marathón que después del impulso violento caían exánimes sobre la tierra dura y entonces, generalizando sus observaciones, sentó la nueva ley que había de transformar el universo: la ley del ritmo universal, base de todos los procesos humanos, alma y sustancia de la naturaleza, razón de vida del cosmos, verdadera expresión de la esencia divina[G172] . Aquel genio insigne fue el verdadero creador de la Estética universal y, muy especialmente, de la estética moderna. Descubrió el ritmo, la ley inmutable que rige la vida y la muerte, lo conocido y lo ignoto, lo inmediato y lo inaccesible, el espíritu y la carne; ley a la cual se sujeta cuanto la razón analiza, cuanto la conciencia presiente, cuanto perciben los sentidos. Porque hay ritmo en la luz y en la sombra, en la acción y en la idea[G173] , en lo animado y en lo exánime, en la vigilia y en el sueño, en la verdad revelada y en el misterio innato; hay ritmo en el dolor y en el placer, en la sensación y en el paisaje, en la conciencia y en el instinto, en la voluntad y en la Esperanza. El ritmo, base de la Estética del mundo, es la voz de Dios, la íntima sustancia de todo lo creado. En el cuerpo es el corazón que sostiene la vida en un ritmo sonoro; en el corazón mismo es el amor que vive en un ritmo imperceptible y supremo; en el cerebro es la idea; en[G174] el movimiento es la gracia; el ritmo existe en la vibración que es su sustancia y en la inercia donde se transforma en línea armoniosa; y es belleza en el alma, vida en el cosmos, Cristo es un ritmo supremo y perfecto en el que se funden todos los ritmos imaginables[G175] ; en Mahoma el ritmo supremo es la prudencia; en Buda es la abnegación; espíritus rítmicos son todos los héroes y todos los artistas. Razón de vida del ser, ley sin la cual todo perecería, el ritmo es Dios. La estética es[G176] la religión del ritmo y los artistas son sus sacerdotes.

II

Suponía Leibnitz en la naturaleza, una armonía preexistente, rota de pronto y hacia la cual vuelve la naturaleza a través de los siglos innúmeros. Según él, la naturaleza fue en un principio perfecta, pero perdió tal perfección y se encamina nuevamente hacia ella. La humanidad, sea o no aceptable la teoría de Leibnitz, trata de recuperar la perfección perdida o[G177] vuelve, si no la tuvo, de alcanzarla. Es una verdad irrefutable que en la naturaleza hay un grande y supremo afán angustioso de perfección ilimitada y suma. Allí donde se tienda la mirada y se detenga la razón y se fije la conciencia, se encontrará el deseo vehemente de la naturaleza por perfeccionarse. Abandonada a sí misma, la perfección sería insensible y lenta, pero el hombre, hijo de ella, la ayuda perpetuamente en su empeño de librarse lo más pronto[G178] . La rota armonía del universo, la actual imperfección palpable de las cosas, supone y precisa dos valores fundamentales: Perfección e imperfección, supone Belleza y Fealdad, bien y mal, virtud y pecado. La naturaleza, pues, es una unidad dual en la que viven dos valores en perpetua lucha: el Bien y el Mal. Esta dualidad no necesita demostrarse. En todas las religiones, en todos los sistemas, en todas las doctrinas, en todas las leyendas, en la conciencia misma de los hombres, existe la lucha pertinaz de estos dos valores. No hay objeto o sujeto que no acuse esta imperfección más o menos ostensible. Esta oposición no sólo radica en las características generales de las cosas, sino en su íntima sustancia infinitesimal. Observad una vida que se corta violentamente sin razón lógica. Observad una célula que posee el principio vital y vedla condenada a morir; observad un artista que nos parece perfecto y siempre encontraréis en su vida una pequeña sombra, un defecto, un ritmo que se quiebra, contra su misma voluntad. Los hombres han querido en todo tiempo, desde que la razón les acompaña, suprimir el mal sobre la tierra para acercase a Dios[G179] y poseer la belleza completa y sin mácula. La religión ha sido el primer propósito hacia este ideal. Reconocemos que hay, pues en el fondo de la naturaleza dos valores, uno positivo y otro negativo. Para la religión, el valor positivo es Dios, el valor negativo es el demonio; para la moral el valor positivo es el bien, el valor negativo es el mal; para la Filosofía, que también ha querido como las anteriores ideologías, llegar al ideal supremo, el valor negativo es la Des-gracia y el valor positivo es la felicidad; para la Estética el valor positivo es la Belleza y el valor negativo es lo antibello. La religión, no diremos que vencida, pero sí menos eficaz que triunfadora, ha cerrado sus investigaciones con el muro insalvable de la[G180] fe. La moral, vencida como su compañera, ha terminado sus investigaciones encerrándose en la fragilidad ineficaz de los preceptos. La filosofía se ha desorientado y ha buscado, el rayo de la luz de la Metafísica, hoy la alta investigación sólo está representada por la estética. Los hombres quieren llegar a Dios buscando a Dios a través de sí mismo, considerándolo como la suprema belleza. Para la estética, lo subjetivo y lo objetivo son unidades, como se ha dicho, compuestas de valores de belleza y de valores de imperfección. Hoy no buscan los hombres a Dios a través del bien, puesto que la naturaleza nos enseña que es trágicamente insensible al dolor, a la piedad, a la justicia[G181] ; y el bien, con ser tan grande tiene una esfera de acción limitada en la humanidad; los hombres buscan a Dios en la Belleza, idea más abstracta, ilimitada y sublime que todas las ideas.

III

Hasta el advenimento de los modernos artistas, el arte ha sido considerado, con ligeras variantes, como una complacencia espiritual, como una virtud secundaria, como una noble y bella ocupación de la vida. En las sociedades esencialmente religiosas, como el cristianismo, el budismo, el islamismo, un sacerdote es un personaje venerable, casi un símbolo de la divinidad, en tanto que un artista era considerado como un obrero, como un espiritual trabajador que contribuía a hacer la vida menos dura y engalanarla con los encantos de sus obras, para distraer a los demás[G182] , del peso inexorable del dolor. En la misma Grecia que ha sido el pueblo más esteta de la humanidad, el artista vale menos que el sacerdote y que el filósofo y más se reverenciaba allí a los oficiantes de los dioses que a Fidias y Praxíteles. Los griegos no se daban cuenta, y con ellos gran parte de la humanidad, de que, más sacerdotes de los dioses son los artistas que Menalco y Panocles, los sacrificadores en el altar heleno de las castas palomas del Himeto. En la Edad Media y en el Renacimiento, los artistas, además de su noble función, sirven para hacer grata la vida de los poderosos y no debemos olvidar a aquel cínico y encantador poeta italiano, el Aretino, que no tenía inconveniente en decir que el arte era el mejor medio para adular y explotar a los príncipes y a los magnates. Por lo demás, en los dorados tiempos de Versalles, llegó a darse el título de artistas a los ilustres cocineros de los reyes de Francia.

Había, sin embargo, una cierta lógica en tan lamentables equivocaciones. Los artistas, efectivamente, no eran entonces lo que son ahora. El arte, hasta los tiempos modernos no tiene, realmente, una misión trascendental. Sacando a los genios de todos los tiempos, que como tales son flores aisladas, puede decirse que la estética universal se divide en dos grandes ciclos: uno que abarca desde los comienzos de la humanidad hasta la aparición del simbolismo y otro que comienza en nuestra época, sin considerar, desde luego, a los genios y solamente a la tendencia artística de una sociedad o de una[G183] época. El simbolismo, como veremos adelante, no es tampoco una concreta manifestación de la estética moderna, es solamente una aurora, una anunciación eficaz y gloriosa de la verdadera tendencia metafísica del arte contemporáneo.

Para darse cuenta de la evolución fundamental de la Estética moderna, precisa estudiar los dos elementos esenciales de toda estética: la naturaleza y el hombre. La naturaleza y el hombre son igualmente dos entidades semejantes[G184] . La naturaleza tiene dos aspectos: el aspecto plástico, objetivo, formal, tangible, y el aspecto íntimo, la sustancia, el ritmo interior. Estos dos aspectos de la naturaleza, lo que se ve y lo que se oculta, se complementan, son dos ritmos diversos, de distinta proporcionalidad; que al completarse dan a ésta lo que podríamos llamar el momento espiritual de las cosas. Si tales dos ritmos fueran iguales, la naturaleza sería monótona y no cambiaría[G185] de aspecto.

Así pues el universo tiene dos ritmos, el externo y el interno, y una armonía total. Para percibir estos tres valores el hombre tiene, así mismo, otros tres: los sentidos, que perciben el ritmo inmediato[G186] y formal, la conciencia que percibe el ritmo interno y abstracto, y un tercer valor, no tratado aún por ningún filósofo, una especie de personaje misterioso que reside en nosotros, que los egipcios llamaron intuitivamente ka, que los chinos definían como una segunda alma y que en la religión cristiana correspondería a la aérea figura bondadosa y sabia que llamamos ángel de la guarda; es el mismo valor que Maeterlinck insinúa con el nombre de huésped desconocido; éste es aquel valor innegable que preside nuestra vida moral, que defiende nuestra vida física y que los sicólogos han llamado instinto[G187] , confundiendo este valor con una de sus secundarias manifestaciones orgánicas; y que es algo más sutil y autónomo que la conciencia misma; un valor poco estudiado aún, más desarrollado en unos que en otros hombres, que es el que nos guía aún a pesar nuestro, el que nos salva a pesar de nuestra conciencia del peligro y que es sin duda alguna el verdadero substractum metafísico del individuo. Valor es éste que se manifiesta indirectamente en los actos más insignificantes; que algunos llaman casualidad pero que nadie ha podido precisar todavía aunque ya se sienten intensamente sus manifestaciones en la vida[G188] física, moral y sobrenatural del universo. Este tercer valor que llamaremos ignotus, es el que lleva al artista a compenetrarse con el alma misma de la Naturaleza, el que crea la obra genial, el que produce las grandes ideas, aquel ser que nos da, sin saber nosotros por qué, la idea de una empresa triunfal y aparentemente ilógica, el que nos infunde la fe de una acción, aquel yo inmaculado y bueno que reside en todos los hombres[G189] , aquel yo que es puro e inmaculado aun en los más empedernidos pecadores y que hizo exclamar a Cristo: «nada hay despreciable y no hay hombre que no tenga algo digno de respeto».

Con relación a estos tres aspectos definidos de la naturaleza se ha producido el arte en todos los tiempos. El artista ha sido primero un imitador de la naturaleza[G190] . El arte egipcio, el arte griego y romano, la pintura del Renacimiento y de la edad de oro universal, no son otra cosa que el arte realizado por espíritus que veían el primer aspecto de la naturaleza. La estatuaria griega y romana, por ejemplo, son la exaltación maravillosa de la forma[G191] . Los artistas no encontraban ni buscaban nada más allá de la forma misma y por ello el arte sólo tuvo una función sociológica, educativa y placentera. La forma pura, por maravillosamente que sea interpretada, no puede tener efectos trascendentales. En Velázquez mismo, en aquel genio que mejor copiara la vida, la obra carece de trascendencia. Antes de los tiempos modernos, salvando genios que hemos de estudiar, el arte no podría ser sino una copia y no podía sino desempeñar una función secundaria y[G192] social. ¿Qué importancia pudo tener para la filosofía de su época el que Velázquez pintara el aire en su maravilloso lienzo Las hilanderas? La naturaleza en su primer aspecto no es sino el ropaje o el disfraz de Dios y los artistas no nos dieron hasta hace poco sino una idea de tan bellos y magníficos atavíos, pero no la sustancia de la divinidad. El arte, pues, no era sino una exaltación de la habilidad y del ingenio, la perfección manual y la virtud crómica de Murillo[G193] y del Ticiano, la habilidad para mezclar colores y para deslizar pinceles no era en suma sino el exponente de un estupendo desarrollo y dominio de la técnica, de la facilidad manual.

En toda obra de arte hay dos cosas esenciales a estudiar, la armonía y la melodía, exactamente igual que en la música. La técnica en el arte no es más que la armonía; la idea, la inspiración, el quid divinum es la melodía. La técnica, la armonía es el cuerpo[G194] ; la melodía es el espíritu. El arte hasta nuestros días ha sido esencialmente armónico bajo el gran predominio de la técnica. Por ello el arte ha sido incompleto como función mental, dentro de su perfección aparente, y el artista ha sido un artífice en la más noble acepción de la palabra, pero no un inquiridor ni un metafísico.

He dicho que Dios es la parte de belleza que hay en toda cosa. He dicho que toda cosa tiene tres aspectos y he dicho por fin que el hombre, para llegar a esa parte sustancial y oculta de la belleza ha menester de sus tres grandes valores de conocimiento y posición de la verdad. Los sentidos, la conciencia y lo ignoto. Hasta la aparición del cristianismo los artistas se valieron sólo de los sentidos, desde esta época a la nuestra, se han valido de los sentidos y de la conciencia, sólo hoy interviene el tercer valor en el análisis del aspecto doble y de la unidad armónica de la naturaleza[G195] . Es decir que los artistas antiguos han aplicado la técnica a lo que hay en las cosas de formal y de allí el arte universal hasta nosotros, esencialmente armónico y sin trascendencia. En nuestro siglo son los genios modernos y dos o tres de los antiguos, los que han dado a la estética su verdadero significado; han ennoblecido el arte; ya no sólo se busca a Dios a través de las teorías sofísticas de los filósofos ni de los sacerdotes de las religiones, ni se le busca aisladamente por la razón o por el número. Hoy, Dios, que es ante todo belleza[G196] , se revela a los hombres por medio del arte. Así, los artistas son verdaderos sacerdotes de Dios, no porque sean inútiles para buscar a Dios, la religión y la ciencia, sino porque hoy la religión y la ciencia, es decir la fe y el análisis, son los derivados, los principales elementos de que se vale un artista para realizar su función universal. Para los demás hombres y en otras épocas, Dios era el bien, para los artistas modernos Dios es la belleza. Todo lo que los sentidos perciben y todo lo que la razón adivina es bello y tiene un pedazo de Dios. Dios se encuentra subdividido en todas las cosas, en unas más ostensiblemente que en otras. Cuando las cosas adquieran todas sus unidades de belleza y perfección, cuando las unidades del mal sean extinguidas, la[G197] naturaleza habrá readquirido su equilibrio y será toda Dios. Los que luchan por eliminar el mal de la naturaleza, son los artistas. Por los artistas Dios será librado de sus cadenas. Los artistas son pues los libertadores de Dios, o, mejor dicho, son pedazos de Dios mismo luchando por su libertad y perfección absoluta.

IV

La naturaleza es una vasta sinfonía, una estupenda vibración inextinguible, una conjunción maravillosa de ritmos. La naturaleza es como un arpa de múltiples cuerdas en donde resuena perpetuamente toda la grandeza divina. Si no percibimos todos los sonidos ello no quiere decir que no existan todas las vibraciones[G198] ; quiere decir solamente que nuestros sentidos no están aún bastante afinados para aquella grande e ideal audición. En la más pequeña subdivisión de la sustancia, en el átomo, busquemos la ley. La vibración del átomo, en una tonalidad determinada, nos da el movimiento; apresurando esa vibración, obtendremos el calor, haciéndola más intensa aún, produciremos la luz, y luego la electricidad y después el fluido y luego la vibración invisible. Esta vibración no es sino una modalidad, y tiene un ritmo. La característica, la proporción de este ritmo es lo que constituye el aspecto de las cosas. Así, sobre la grande y solemne sinfonía de la naturaleza, sobre la vibración de la línea, del color, del sonido, sobre estas tres matrices y las variaciones de sus ritmos, está hecha la naturaleza y sobre ella actúa todo proceso estético.

V

El artista moderno, a diferencia del artista antiguo, tiene una significación trascendental en el proceso evolutivo de la especie[G199] . El artista moderno es un receptáculo de belleza, tiene una cuerda para percibir cada sonido, una antena para percibir cada onda y un sentido sutil para percibir cada ritmo de la gran orquestación de la naturaleza. El artista, tal como hoy se le define y entiende, es también una dualidad; tiene dos valores, uno físico y otro moral. El verdadero artista es aquel que lucha por la equilibrada perfección de su vida física y de su vida moral. La belleza física de un artista consiste en la suma perfección de sus sentidos. Beethoven tenía una sensibilidad tan aguzada que sentía aquellos vagos e imperceptibles rumores que los demás no eran capaces de percibir. Leonardo de Vinci tenía las pupilas de tal manera conformadas, que podía interpretar todos los tonos por suaves y desapercibidos que fueran. Shakespeare veía en las sociedades de su época una serie de fenómenos que los demás constataban después, pero que eran incapaces de ver antes. Los griegos tenían tal sentido de la forma que crearon la Venus de Milo y el Partenón, verdaderos y asombrosos monumentos de imperecedera belleza plástica[G200] . Rodin descubre en los cuerpos una serie de sombras, de luces y de planos que nadie había visto antes que él, y crea la escultura moderna. Chopin recoge de la vasta sinfonía universal, la mayor suma de dolor que se haya concretado en obra alguna. El artista supremo, pues, posee una perfección que es belleza en los sentidos. Espiritualmente, el artista moderno es el sujeto en quien se equilibran el gran anhelo de realizar la belleza y la facultad de poder trasmitirla. El artista es el verdadero tipo del héroe en la concepción de Carlyle[G201] . Ya hemos dicho cuál es la función humana del genio artístico; consiste en luchar perpetuamente por restar de la naturaleza los valores negativos que impiden su perfección absoluta. En este sentido, no sólo son artistas lo que realizan la pura belleza catalogada por los cursos de estética, son artistas todos los que en alguna manera contribuyen a la perfección[G202] física o moral de la especie, objetiva o subjetiva de la naturaleza. Lo mismo el pintor que descubre un estado de alma en el paisaje que el maestro que hace florecer una virtud en el corazón de un niño, lo mismo el que ennoblece la especie con el fruto de su cerebro que el que hace germinar en el campo una semilla; el que lucha y el que piensa, el que trabaja y el que sueña, el que ama y el que perdona, el que guía y el que apacienta, todos contribuyen a la magna labor de libertar a la humanidad de las rudas cadenas del mal, del pecado y de lo que carece de belleza.

 

[Conservada en 17 hojas, mecanografiadas por un solo lado, en la Biblioteca Central de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En el DIB se ha conservado sólo la primera parte en 3 hojas, mecanografiadas por un solo lado, legajo E 2390. Después del título, en el manuscrito del DIB, aparece la siguiente indicación: «Conferencia dedicada a los universitarios del Cusco y realizada en el salón de actuaciones de esta Universidad el día ocho de mayo, jueves, a las nueve de la noche 1919». El texto del DIB presenta algunas variantes menores con el de la Universidad Católica. Debe anotarse que la primera parte de la conferencia coincide con el capítulo inicial de Belmonte, el trágico.]

 

 

 

VERDOLAGA

Prólogo

Dramatis Personae

Acto I

Escena I

Escena II

Escena V

Última escena

Acto II

Escena I

 

EL PALACIO DE LOS VISORREYES

La invasión

El solar del conquistador

El asesinato del Marqués de los Atavillos y del Guayas

Un auto de fe

Las academias del Marqués de Castell dos Rius

El ave negra y la higuera maldita

 

 

CONFERENCIAS

Brillantes inconexiones estéticas

Los ideales de la estética moderna

 

[G1]Por los 3 actos.

 

[G2]Variedad de vino y de uva.

 

[G3]Acotaciones metateatrales.

[G4]Devoción constatada en la realidad.

[G5]Trabajo de los peones para dar un ambiente bucólico a la obra.

[G6]La excepción de la tristeza en las flautas de Moscatel.

[G7]Pisa de la uva para hacer el pisco o el vino.

[G8]Las vacas se ocupan de sus crías sin los toros.

[G9]Diamela confía en los animales.

[G10]Moscatel comenta que los toros son obligados a trabajar.

[G11]Valdelomar se adelanta a los animal rights denuncia una forma de mando cruel e invasiva del cuerpo de los toros.

[G12]Diamela compara el comportamiento masculino igual en animales y humanos por el favor de la hembra.

[G13]Los carneros se dan cabezazos.

[G14]Las víboras son símbolo de la maldad.

[G15]Saraja está soñando. Segundo nivel de ficción en caja china o muñeca rusa matrioshka.

[G16]Moscatel cree que Saraja sueña un recuerdo.

[G17]Paisaje andino.

[G18]Para Diamela el sueño es distinto al sufrimiento.

[G19]Errata, este es parlamento de Moscatel.

[G20]La fuerza descontralada de la serpiente. Ira frente a temor puro.

[G21]Rimas funestas.

[G22]Campesinos locuaces como en las églogas del siglo de oro.

[G23]Abeja versus polilla: un insecto de provecho versus otro destructivo.

[G24]Conformarse a la voluntad de la Providencia.

[G25]Un hijo asesinado.

[G26]Tradición piadosa.

[G27]Moscatel quiere vengar la muerte de su hijo Membrillejo.

[G28]Licor que beben los pisadores de uva.

[G29]Un accidente en el altar es puesto en teatro como mal presagio.

[G30]Cruz para pedir perdón y evitar consecuencias.

[G31]Todos se arrepienten del accidente en lugar sagrado.

[G32]Maura pregunta a Agueda por el mar y por si ha llorado.

[G33]Claudio amaba y hacía sufrir a Agueda.

[G34]Ir lejos es estar libre para Maura. Tópico de la vida monótona del campo.

[G35]Secretos entre obreros y patrones.

[G36]Cerca a los floripondios están las aves chirotes.

[G37]Maura le dice a Diamela que hace daño inconscientemente.

[G38]Diamela piensa ambiguamente en los chirotes como adorno enjaulados o para comerlos.

[G39]Un crimen contra la naturaleza.

[G40]Maura es hija de Agueda. En las disgreciones se pasa a pesares de los personajes.

[G41]Presos en la hacienda. Sistema de justicia particular.

[G42]Damián es padre de Elia y está en el calobozo.

[G43]Agueda se mete en el monte llorando porque cree que el campo ha envejecido.

[G44]Osián tropieza con el sesto de María.

[G45]Pedro alimenta un farol de kerosene.

[G46]Pedro piensa en lo sobrenatural.

[G47]Rezan el Ave María por el amo.

[G48]Luces de la ranchería.

[G49]Damián ve en sueños a su hija Maura porque estaba apresada.

[G50]Dolor de todos.

[G51]Ocultar el dolor es encarcelarlo.

[G52]Damián guarda rencor contra Lucas.

[G53]Osián busca a Maura.

[G54]Fragmentos de Verdolaga en el Comercio,30 de abril de 1948.

[G55]Jesús Cabel descubrió un manuscrito.

[G56]Lo mecanografiado de Verdolaga son esbozos.

[G57]Damián se preocupa por Maura errabunda.

[G58]Nuevas versiones de la tragedia.

[G59]La sombra simboliza un poder oscuro.

[G60]Juan y Lucas han visto a Maura desgreñada, con la ropa deshecha y bellotas en las manos.

[G61]Quejidos en el campo.

[G62]Maura pide luz.

[G63]Maura dice que su novio es Osián.

[G64]Osián es un poeta legendario de Irlanda.

[G65]Maura dice que Osián le dio muestras de amor.

[G66]Maura dice que el amor de Osián la curará.

[G67]El valle de Pachacamac es el santuario de los hijos del sol.

[G68]Llegan los españoles.

[G69]Se ve a los españoles desde un cacicazgo, es un momento desconocido para los incas.

[G70]Los sacerdotes llaman al pueblo y el templo de los hijos del sol es saqueado.

[G71]La Pachamama no apoya a los nativos.

[G72]Los auquénidos balan inocentes.

[G73]Los viracochas blancos y fuertes conquistan el imperio por profecía de Huayna Cápac.

[G74]El ídolo norespondió. El oráculo se queda en el vaticinio de la caída.

[G75]Pizarro se fijó en el Rímac para su capital.

[G76]Las plazas públicas se dividían entre 4 solares para sus compañeros de conquista.

[G77]Surgió la ciudad y el gobernador declaró impuesto a la propiedad.

[G78]Se vuelven agrícolas.

[G79]La ciudad sería más tarde asiento de los visorreyes.

[G80]La mejor casa fue la de Pizarro, granítica.

[G81]Pizarro plantó árboles frutales en su casa: perales, manzanos, naranjos, higuera.

[G82]Pizarro se convirtió en marqués tras las guerras civiles.

[G83]Juan de Herrada y Almagro el mozo los 13 con una sola capa conspiraban contra Pizarro.

[G84]Francisco de Pizarro advierte a Pizarro de la amenaza.

[G85]Picado se venga de los de Chile.

[G86]Picado vuelve al palacio.

[G87]Pizarro por seguridad escuchó misa en la capilla del palacio.

[G88]Llegaron los conjurados a palacio.

[G89]Pizarro estaba entre amigos, entre ellos Velázquez y Picado.

[G90]Pizarro no tuvo tiempo de ajustarse la coraza, se arrolló la capa al brazo y se batió como un león.

[G91]Pizarro mató a dos asaltantes.

[G92]Pizarro diezma a los de Chile.

[G93]Herrada lanzó a Pizarro a uno de sus socios que fue ensartado por la espada y Rada le dio una estocada en la garganta.

[G94]Pizarro es hincado besa la cruz de sangre y exclama Jesús.

[G95]Los de Chile saquearon las casas de sus enemigos.

[G96]Dos esclavos negros tramitaron sepultar a Pizarro en la catedral.

[G97]Gente paralizada en sus casas.

[G98]Ricardo Palma escribió sobre la Inquisición.

[G99]Atabales: timbales o tambores pequeños.

[G100]La comitiva del Santo Oficio se detiene frente a la Catedral.

[G101]El pregón invita a participar del auto de fe.

[G102]La casa del Sagrado Tribunal es hoy la cámara de senadores.

[G103]Lima se divertía con los ajusticiados.

[G104]El Alguacil Mayor portaba el estandarte de la Inquisición.

[G105]Se refiere a las antorchas.

[G106]El cadalso frente a la autoridad gubernamental.

[G107]Valdelomar solo ve temor, no analiza los cargos que tienen base civil en los reos.

[G108]Siempre hay adjetivos para burlarse del catolicismo en Valdelomar.

[G109]Saludos de espada a la Cruz y presencia del virrey.

[G110]En la hoguera se les quema desde los pies.

[G111]El condenado pedía perdón.

[G112]Un virrey de sangre real.

[G113]Sentmanat organizó una academia semanal en palacio.

[G114]Juan Eustaquio Vicentelo sevillano.

[G115]Necedades como actos hirientes

[G116]Valdelomar incluye en forma masoquista comentarios de sacerdotes, nadie lo obliga pero lo hace libremente y destila rabia su prosa.

[G117]¿Y estos escritores que se la dan de cultos no pueden ilustrar a su pareja? Machismo.

[G118]El mal sembalnte incomoda.

[G119]Los don Juanes quieren a las hermosas.

[G120]La hermosa es escasa.

[G121]La fealdad es incurable en un tiempo sin cirugías.

[G122]Las tapadas aplaudían los versos de los marqueses.

[G123]Un nombre que muestra todos sus linajes.

[G124]La muerte

[G125]Etnia en conflicto con Israel.

[G126]Judas en el momento de la traición.

[G127]Omniciencia divina.

[G128]Valdelomar saca datos de la Biblia.

[G129]Error de Valdelomar: Nazareth no queda en Palestina sino en Israel.

[G130]Valdelomar habla de una superstición española en torno a la higuera.

[G131]La causa fue la división política entre los conquistadores.

 

[G132]Rodrigo Márquez de Manrique de Lara comía los higos del jardín de Pizarro.

[G133]El palacio de los visorreyes fue leída por Valdelomar el 3 de noviembre de 1911.

[G134]La conferencia de Valdelomar fue aplaudida.

[G135]El Perú contó con mujeres de autoridad, pero no presidentas.

[G136]Conferencia sobre la colonia y la república.

[G137]El mar es escenario querido por Valdelomar.

[G138]Se propone como un guía de novedad.

[G139]Chasca una joven deidad inca.

[G140]Usa confianza por empatía.

[G141]Valdelomar se hace propaganda, se pinta como un dador de intelecto pero no declara el porqué.

[G142]Dramaturgo y escritor Romántico francés. Vivió de 1810 a 1857. Alfred de Musset.

[G143]Joseph de Méry novelista y poeta francés. Romántico. 1797-1866.

[G144]Valdelomar elogia a Eguren por su misterio.

[G145]Un título para Eguren.

[G146]Valores real y oculto de la naturaleza.

[G147]Panteísmo.

[G148]Valdelomar cree que puede tener su propia idea de Dios.

[G149]Afirmación pre científica.

[G150]El sol (Inti) es una estrella más de todo el universo.

[G151]Ciclo de los astros y planetas.

[G152]La luna se congelará sin sol.

[G153]La explosión del sol arrasará al sistema solar.

[G154]Es una metáfora de un vacío estelar y apenas polvo cósmico.

[G155]Ideas esotéricas. Lo que debe decir es que vive el pasado, late, trae consecuencias.

[G156]Nadie puede abarcar el misterio de Dios.

[G157]El artista brilla como el sol.

[G158]La conciencia del artista es fuerte ante el aplauso y los enemigos.

[G159]El artista debe armonizar su voluntad con el arte.

[G160]El trabajo artístico es ritmo, insomnio y canción.

[G161]Valdelomar diferencia intuición de saber libresco y erudición.

[G162]Valdelomar se presenta como un intérprete de la luz.

[G163]Un hermano muerto.

[G164]Posiciones doctrinarias de Valdelomar.

[G165]Valdelomar se torturaba por el conocimiento y por sentirse bien consigo mismo.

[G166]Al estilo de Neruda, Valdelomar se presenta hedonista.

[G167]Máquina por cálculos precisos.

[G168]Pitágoras como astrónomo.

[G169]Pitágoras observa el cielo estrellado bajo las inclemencias de la noche.

[G170]Las constelaciones son radiantes como las pupilas de Minerva.

[G171]La música de las esferas.

[G172]La ley del ritmo universal.

[G173]Ritmo en la acción y la idea.

[G174]Idea en el cerebro y gracia en el movimiento.

[G175]Aquí si habla bien de Cristo, acercándose a la definición teológica.

[G176]Estética como pauta de los artistas.

[G177]La teoría de Leibnitz busca alcanzar la perfección.

[G178]El hombre es fruto de la perfección.

[G179]Contemplar a Dios: el Absoluto.

[G180]Un bramido antirreligioso de Valdelomar está latente.

[G181]Valdelomar ve a la naturaleza como un ente de indiferencia y crueldad no culposa.

[G182]Artsitas como artesanos.

[G183]El ciclo de un artista expira pasada la vitalidad de su tendencia.

[G184]Estética como Naturaleza y hombre. Parece que Valdelomar hubiese leído a John Ruskin.

[G185]Una naturaleza cambiante inspirada en los principios proteicos de la literatura.

[G186] Los sentidos perciben el ritmo inmediato.

[G187]Para Maeterlinck el instinto es un huésped desconocido que preside la vida moral.

[G188]Valdelomar cree que el universo influye en el hombre. No es capaz de entender el libre albedrío y da vueltas sobre la conciencia del hombre.

[G189]Busca la esencia buena del hombre.

[G190]Valdelomar reduce la mímesis a imitación de la naturaleza.

 

[G191]La estatuaria griega y romana exalta la forma.

[G192]Hasta Velázquez, Valdelomar habla del arte como copia con función social.

[G193]Habla de Murillo y Ticiano como habilidad manual.

[G194]Técnica y armonía en el cuerpo; la melodía es el espíritu.

[G195]Hay una contradicción que no puede salvar Valdelomar. Dice que la naturaleza es violenta y ahora armónica.

[G196]Valdelomar menciona un único atributo de Dios.

[G197]Valdelomar dice que la naturaleza depurará su mal. Olvida que su fuerza avasalla al hombre.

[G198]Valdelomar es esotérico por creer en vibraciones.

[G199]El artista moderno tiene que ver con el proce3so evolutivo de la especie.

[G200]Los griegos crearon monumentos perdurables.

[G201]El artista es héroe para Carlyle.

[G202]Artistas los que contribuyen a la perfección física y moral de la especie. Calidad de vida y eugenesia.