Pscht... Traigo de todo... (Sonríe.) Traigo frutas, traigo recado, traigo uvas...

 

Maura

Y esotro ¿qué es? ¿Por qué lo ocultas?

 

Diamela

Lo oculto (en secreto) porque a la se-ño-ri-ta Elia[G35] no le gusta... ¡Ja-ja-ja!

 

Maura

Muéstrame lo que ocultas...

 

Diamela

Es que... (triste) ¡perdón, señorita!... Yo los quiero mucho. Los cuido como sus padres... No los dejo morir... Es... u... ¡un nido!... Son chirotes. Los cogí, al paso, en el camino, cerca del sauce viejo, el sauce de la cruz, el que está junto a la acequia de los floripondios... Son chirotes[G36] , estaban en su nido en el alfalfar... Ya están en cañoncitos... Pronto tendrán plumas y ¡puf! volarán (hace el ademán) ¡volarán!... los chirotes no se molestan cuando yo los saco de sus nidos. Me quieren mucho las aves, niña Maura...

 

Maura

Las aves. ¡Tú has deshecho un nido! Tú has deshecho un nido, Diamela...

 

Diamela:

No. No lo he deshecho. Aquí lo traigo...

 

Maura

¡Qué crueldad, crueldad instintiva! Tú eres un ángel, criatura. Llevas contigo la alegría de la vida, la candidez del campo, el verdor de la naturaleza... y, sin embargo, eres cruel inconscientemente. Sin darte cuenta haces el daño[G37] , como si una mano oculta o invisible se valiera de tu mano casta... ¿Qué harás con el nido?

 

Diamela

Cuidaré mucho a los chirotes. Les enseñaré a silbar. Si enferman, los mato y los[G38] como guisados. Si viven... ¡si viven los meto a la jaula!...

 

Maura

La prisión o la muerte. Ellos, sin embargo, no han hecho daño a nadie... Tú[G39] has roto un nido, Diamela, y tú tienes un novio...

Diamela

¡Mi novio tiene su tambor de pellejo de cabra, sus zarcillos de oro, su quena de carrizo! (Saliendo.)

 

Agueda

Vamos Maura[G40] , hija mía.

 

Maura

Dame un beso, Diamela. Tú has roto el nido de los chirotes. Otros han roto mi nido... Pero, yo no entraré a la jaula, ¡iré libre, libre, sola, sin cárcel!...

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Última escena